DIRECCIÓN/COREOGRAFIA

Mi incursión en la coreografía llegó por la necesidad vital de seguir estando en escena. Poco a poco, he ido encontrándome a gusto en esta nueva piel. La creación de piezas cortas para grupos de bailarines numerosos, durante mi actividad docente en el Centro Andaluz de Danza, ha supuesto un salto cualitativo en mi carrera. Así como asumir el rol de directora, al dejar de bailar de manera continua. Por ello, sí tuviera que definirme con respecto a la creación, usaría el término de Directora de Movimiento.
Como coreógrafa no traigo una partitura de movimiento fija. Trabajo con bailarines y actores, intérpretes polifacéticos, porque me gustan los procesos creativos donde puedo combinar mis propuestas con las de los intérpretes que crean a partir de una imagen, una situación o una premisa que les presento y luego organizo.
Me gusta contar historias. Utilizo la danza como elemento narrativo. Por tanto, detrás de mis trabajos siempre hay una dramaturgia. Necesito las palabras para contar. Por ello, siempre colaboro con autores a los que les pido textos sobre el tema en cuestión. Un elemento que está siempre presente en mi universo creativo es el humor.
Los temas a tratar suelen ser mis reflexiones e inquietudes sobre la sociedad en la que vivimos. Considero que con la danza, al igual que con el teatro, tenemos una responsabilidad social.